Triste y sombrío, mojado y frío.
Mi país no ha visto el sol en tres días y se esperan otros tres igual.
Mi país está lleno de lluvias y lágrimas de gente que huye de la naturaleza y sobrevive por instinto.
Mi país, que hoy tiene el corazón frío, se entibia a poquitos con muestras de solidaridad del propio pueblo que hace lo que puede y más para ayudar a sus hermanos.
Mi país hoy y mañana y durante mucho tiempo, necesitará una mano amiga, el calor de hermanos y alimento en el alma.
Somos hombres de maíz con corazón de hierro, humilde pero con ganas de salir adelante.
Hoy con el corazón encogido sólo puedo pedirle clemencia a la naturaleza, ayuda al que pueda darla, y fuerzas, fuerzas para poder hacer también yo, lo que deba con mis manos.