13 de Agosto 2005

oda al cigarro

Cigarrito cigarrito, como te necesito...

"Fumando espero al hombre que yo quiero..." dice la canción, pero ¿y si no llega? ¿cuántos paquetes se supone que tengo que fumar? Puedo ponerme en plan de mujer fatal, vestir una bata de seda, usar boquilla larga, pintarme los labios de rojo, sentarme de lado y fumar para esperar pacientemente a que venga el hombre que yo quiero, y? Voy a morir de efisema pulmonar y el susodicho no aparece!

Luego está la conocida escena de película en la que el hombre enciénde un cigarro justo después de haber terminado una sesión de sexo casanovesco... ok ok, pero las mujeres también podemos, no? y si el hombrecito en cuestión no fuma y nosotras sí? ¿qué es lo correcto aquí? ¿salir de la cama, abrir la puerta de la terraza, envolvernos en una manta y fumar plácidamente? Y si, por el otro lado, el hombre también fuma, ¿quién de los dos se levanta por el cenicero?

El otro cigarro delicioso es aquel que acompaña a una llamada telefónica inesperada y agradable. Ese que nos pone como locas porque estamos caminando por toda la casa, intentando calmar los nervios (y que el susodicho no los note). Él solo escuchará los tacones, no los nervios. Ese cigarro que puede terminar encerrado en un cuarto de baño o en la terraza, siempre buscando privacidad para hablar. Ese me gusta.

Pero mi favorito, el cigarro más rico de todos, es aquel que también tiene sabor a café mañanero. Ese que se fuma con el periódico abierto, en pijama, despeinada. Ese, ese es el mejor. El que puede repetirse con el café después de la comida. El que se hace platicadito con la pareja (si hay, cuando hay). Ese relajante, that's THE ONE.

Cumplí nueve años de haber vuelto a fumar, y con testigos he prometido dejarlo en los últimos cumpleaños, las últimas navidades, los últimos años nuevos. Nada. No puedo. El mismo hombrecito, a pesar de odiarlo, compraba paquetes, me incitaba al vicio...

Debo dejarlo, ya lo sé. ¿Pero cómo hago? ¿me tapizo de parches? ¿compro chicles con nicotina? ¿y qué voy a hacer con el próximo trabajo que provoque ansiedad y nervios? ¿me fumo el mouse? ¿a qué sabrán las teclas del teclado? ok ok, mejor me calmo.

El punto es... sé que por salud, ejemplo, etc. debo dejar de fumar. Sé que ya ni siquiera es bien visto. Sé que no me deja cantar (como que lo hiciera tan bien JAJAJA), ni correr, ni nadar como podría hacerlo. Pero entonces, QUIERO UN SUSTITUTO. Quiero tener algo que me cause el mismo placer (o más) y que además pueda hacerlo donde sea, como sea y con quien sea. Y como no hay nada que lo sustituya, fumaré. Fumaré con orgullo cada cigarro con la excusa de seguir esperando al hombre que yo quiero. He dicho!

Escrito por Marielette a las 13 de Agosto 2005 a las 05:49 AM
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